quarta-feira, 26 de dezembro de 2012

Quehaceres Nocturnos

Desmenuzar la madrugada y sus enigmas,

y en los surcos que el insomnio rasga en la epidermis de las horas,

sembrar curiosidad y cultivarla.

Crucificar al resquemor y sus angustias,

y en las exequias de los restos del fracaso,

rescatar una muestra de ilusión y fecundarla.

Bordar la esperanza y sus caminos,

y en el punto de cruz con que el presente anota sus haberes,

recoger la cuenta de la vida y abonarla.

Defenestrar al desconcierto y sus temores,

y en la cicatriz que dejan como herencia,

ensillar un grito de alegría y cabalgarlo.

Reconstruir el porvenir y sus ofertas,

y en el volver a empezar que se inscribe en los anales,

optar por ser feliz sin condiciones.

Desmigajar el pasado como si fuera fácil

aceptar las palabras como si no fueran vanas

domesticar la congoja como si fuera un gato

medicar la esperanza como si estuviera en coma

reciclar la experiencia como si fuera dable

expender el tiempo como si no acabara.

A la postre alborea el anhelo de apostar a todo o nada,

porque la noche, tan terca cuanto opaca,

rechaza resistir a sus heridas y muere sin decir ni pío.

Huérfano de estrellas, amanezco indemne.

[Bruno Kampel]

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